El camino para resolver algunos problemas de los arquitectos y promover proyectos de calidad en el diseño y en la construcción.
La formación académica del arquitecto se enfoca principalmente en profundizar el universo de la arquitectura; intentando comprender la composición, la forma, la belleza, el espacio, el orden, la función, la historia, su implicancia social, cultural, las normas, la relación con el contexto, las técnicas constructivas y la tecnología.
Esta confluencia conforma la disciplina arquitectónica, una integración apasionante que ha motivado al hombre desde hace milenios a dejar un legado en obras, como fiel manifestación de la evolución de nuestra civilización.
Sin embargo, poco se habló a través del tiempo sobre el hecho que estas obras de arquitectura y de ingeniería son también la expresión del talento humano capaz de organizar, coordinar, gestionar, administrar esfuerzos y recursos para que estas creaciones se transformen en obras construidas capaces de perdurar en el tiempo y servir al fin para el cual fueron creadas.
Considero que la gestión, en toda su amplitud y complejidad, no ha recibido, ni recibe, la atención y relevancia necesaria que el ámbito académico y profesional de la arquitectura debiera otorgarle; siendo que la historia nos muestra que es también la energía de la gestión lo que a través del tiempo (en gran medida) ha permitido que los proyectos se concreten.
La experiencia me ha demostrado que los proyectos de arquitectura se sustentan en lo que podemos llamar tres pilares: el “pilar del diseño”, el “pilar de la técnica”, como tradicionalmente hemos aprendido, y en un tercero, “el pilar de la gestión” al que no se le suele reconocer habitualmente.
Sin estos “tres pilares”, sólidamente conformados y resueltos, los proyectos de arquitectura o ingeniería difícilmente alcanzan el nivel de éxito que todos buscamos para que nuestras obras expresen todo su potencial y trasciendan.
Lo asumamos o no, la necesidad de la gestión llega a nuestra realidad profesional como un accidente de las circunstancias, para lo cual no estamos formados ni tampoco predispuestos, o peor aún, es una realidad que preferimos negar, asumiendo que la responsabilidad de la gestión le corresponde a profesionales de otras áreas.
Observando la realidad, he podido confirmar que la falta de formación profesional en gestión tiene graves consecuencias para el desarrollo de la profesión, el ejercicio de la arquitectura, la calidad del diseño y la ejecución de las obras.
El modelo de enseñanza de la arquitectura tiene un enfoque preferencial hacia el desarrollo de conocimientos y competencias en diseño arquitectónico, siendo que en la realidad solo una pequeña fracción se dedicará al diseño por encargo.
Estas consecuencias se manifiestan en perdida de oportunidades para los propios arquitectos, para el diseño, para las obras y finalmente para el beneficio sociocultural y económico de las comunidades.
En casi todos los países de Latinoamérica que he visitado y otros tantos del mundo, suelo entrevistar a los arquitectos y escucho de ellos comentarios muy similares. Resumiendo algunos:
- Dificultades del arquitecto para cobrar honorarios correctos y ser rentable.
- Conflictos con los clientes por roles y responsabilidades que no le corresponden al arquitecto.
- Problemas de expectativas entre lo que solicitan los clientes y lo que propone o diseña el arquitecto.
- Fallas de calidad en la construcción que afecta negativamente las obras y la relación con el cliente.
- Atrasos en las obras que generan conflictos con los interesados y pérdida de rentabilidad para los arquitectos y el proyecto.
- Desvíos de costos en las obras que motivan cambios que desvirtúan la calidad del diseño.
- Cambios constantes que hacen perder tiempo y dinero al arquitecto por re-trabajo.
- Desvíos de tiempos y de calidad generados por los proveedores.
- Conflictos con los constructores de diversa naturaleza.
- Informalidad en el sector de la construcción que impacta negativamente el trabajo del arquitecto y su desarrollo profesional.
- Falta de oportunidades de trabajo para los arquitectos.
- Pérdida de influencia del arquitecto sobre los proyectos.
- Dificultades para realizar el seguimiento y control del avance de las obras.
Estos son algunos de los más frecuentes, la lista sigue y es amplia.
Los arquitectos hemos asumido estas dificultades como parte de la realidad y de la coyuntura de la industria de la construcción, y pensamos, con resignación, que simplemente es así, que es lo normal y en especial en nuestros países.
Pero la buena noticia es que existe otra coyuntura posible, un “marco” más profesional y menos improvisado, en donde la ocurrencia de estos problemas se puede minimizar, maximizando las posibilidades de desarrollar proyectos que aprovechen el potencial que la oportunidad nos está dando.
Este “marco” es la gestión de proyectos, que bajo el estándar internacional del PMI® (Project Management Institute), nos presenta una gran oportunidad para gestionar un cambio hacia una mayor efectividad en la forma que desarrollamos los procesos de diseño, la documentación del proyecto, la contratación y ejecución de nuestras obras.
El PMI® es un estándar resultante de décadas de desarrollo y recopilación de experiencias que ha tenido como objetivo desarrollar conocimientos, habilidades, herramientas y técnicas, (conocidos como mejores prácticas), para cumplir con los objetivos el proyecto; que se manifiesta en una ventaja competitiva para los profesionales y para las empresas del sector de la construcción. Todas ventajas que se expresan en generación de valor para las comunidades.
"Implementar herramientas de gerenciamiento de proyectos en las fases previas al diseño es un factor clave para el éxito de los proyectos." (Creative PMO).
Considero que este “marco de profesionalización de la gestión” facilita la realización de obras de arquitectura hacia una mejor calidad de diseño, de optimización de resultados y de satisfacción del cliente, que es el “sueño” de todo arquitecto comprometido.
Así es que cuando un colega me menciona sobre las dificultades que existen en la industria de la construcción, siempre mi respuesta y recomendación es la misma: necesitamos aprender sobre “Gestión de Proyectos”.
Sobre el autor: Gustavo Albera es argentino, nacido en Mendoza. MBA. Master en Dirección de Empresas - con especialización en proyectos. Arquitecto. Fue socio en Creative PMO consultora de gerenciamiento de proyectos o sistemas de proyectos múltiples en grandes compañías, pymes y organizaciones civiles. Actualmente está a cargo de proyectos en la Región. En los últimos 18 años participó activamente en proyectos para la industria del vino, del turismo, la agroindustria y del sector inmobiliario.